¿Qué es la piel sensible?
La piel sensible o intolerante no es un término médico sino coloquial para designar aquellas situaciones caracterizadas por una mayor reactividad de la piel que se expresa con diversos y molestos síntomas: escozor , “ tirantez”, descamación o enrojecimiento.
Es una consulta muy frecuente y afecta tanto a hombres como mujeres. No es exclusivo de un determinado tipo de piel, ya que estas molestias aparecen tanto en personas con piel seca como grasa y mixta, aunque el grupo de piel seca empeora visiblemente en climas fríos y secos.
¿A qué se debe la piel sensible?
Hay ciertas enfermedades de la piel que pueden producir el fenómeno de piel sensible, como la dermatitis seborreica, piel atópica, psoriasis y rosácea. Conviene tenerlas correctamente diagnosticadas para entender a qué nos enfrentamos.
También hay factores externos que aumentan la reactividad de la piel: frío, viento, sol, calor y aire acondicionado, pero también la aplicación de cosméticos que, ya sea por irritación o por alergia, pueden producir este fenómeno.
No hay que olvidar factores internos como el estrés, que unido a otros factores como el clima puede llevar las molestias a su apogeo. No hay que olvidar a la mala alimentación o “comida basura”: el exceso de grasas y azúcares es otro factor añadido al problema.
Todo empezó con aquella crema…
Muchas veces, el relato de los pacientes comienza así. Examinemos más de cerca la cuestión de los productos tópicos que se aplican sobre la piel:
– Hay determinados tratamientos dermatológicos que pueden producir un aumento de reacción de la piel, aunque lo habitual es que sea algo temporal. En esta categoría están el ácido retinoico, el ácido glicólico y la vitamina C. La mayoría de las veces al eliminar estos productos desaparecen las molestias.
– En otros casos se debe a la utilización de cosméticos que contienen alcohol, propilenglicol u otras sustancias que, en función de su concentración, pueden actuar de forma más o menos irritante sobre una piel predispuesta
– Pero no hay que olvidar una causa habitual del fenómeno de la piel sensible: los corticoides tópicos. Cuando se usa cortisona por un tiempo prolongado, sobre todos los del grupo llamados corticoides fluorados – que son más fuertes- la piel se vuelve más frágil y enrojecida, haciendo que después no se toleren la mayoría de los cosméticos habituales. En estos casos es importante suspender la cortisona – no sin esfuerzos porque la piel puede estar “acostumbrada”- y buscar re equilibrarla y devolverle su grosor habitual.
– Los varones suelen relacionar sus problemas con productos vinculados al afeitado.
¿Qué zonas del cuerpo pueden presentar el fenómeno de piel sensible?
– Cara: es la zona que presenta las mayores molestias, posiblemente asociada a la alta utilización de productos cosméticos. Las áreas más afectadas son los pliegues entre la nariz y los labios, la barbilla y la frente. No hay que olvidar las molestias de los niños, cuya piel en general es más sensible ya que aún no han madurado todas las estructuras de la piel.
– Cuero cabelludo: es otra de las zonas más sensibles, sobre todo en personas mayores, debida al adelgazamiento de la piel por el envejecimiento. En personas más jóvenes se detectan fenómenos como picor y aún dolor sobre todo vinculadas a la utilización de champúes y lociones, haciendo a veces muy difícil encontrar un champú adecuado y que no produzca molestias.
– Zona vulvar: en esta zona las molestias suelen estar ocasionadas por la aplicación de tratamientos tópicos (sobre todo cortisona) y también productos de higiene.
Tratamiento de la piel sensible
La piel sensible es un fenómeno complejo y delicado, y en todos los casos la evaluación del dermatólogo es fundamental para identificar las causas. Muchas veces estos pacientes realizan un verdadero peregrinaje buscando algo que los alivie y las soluciones no son fáciles.
La piel sensible tiene una profunda repercusión en la calidad de vida de quienes la padecen, y no es raro encontrarla asociada con ansiedad, derivada de la misma situación.
Los tratamientos irán destinados a disminuir la reactividad cutánea y restablecer el equilibrio cutáneo. Como pautas generales hay que recomendar:
– Utilizar productos especiales para pieles intolerantes, que tenga el mínimo de irritantes posibles (ausencia de perfumes, conservantes e irritantes)
– Ausencia de principios activos “fuertes “ o potentes
– Si encuentras tu cosmético ideal… ¡ no lo cambies!
– Evitar jabones
– Evitar productos exfoliantes
– Elegir champús sin irritantes
– Cuidado con las “cremas antiaging”: suelen tener principios activos que pueden causar irritación, como retinol o ácido glicólico
– Si un producto te produce escozor o molestias… ¡déjalo!
– Proteger la piel de los cambios bruscos de temperatura
Si no mejora con estas medidas, lo mejor es acudir a tu dermatólogo, que será quien mejor evalúe las circunstancias de tu piel.
Este post es meramente divulgativo, de carácter general y no particular. A través de este medio no se realizan tratamientos ni comentarios sobre casos particulares.
Al ser de carácter público no se alienta la publicación de datos personales ni la historia clínica individual.