¿Por qué tengo picor?
El picor o prurito es un síntoma indeseado y extremadamente frecuente. Puede variar desde una simple molestia de intensidad leve hasta un grado insoportable que altera la calidad de vida y el sueño. ¿A qué se debe?
En realidad, es un síntoma complejo, que no responde a una única causa sino a cúmulo de factores y situaciones. Por eso es mejor hablar de pruritos (en plural).
Para orientarnos mejor, es mejor que sigamos unos sencillos pasos:
1- ¿está localizado en una zona o está diseminado por todo el cuerpo?
2- ¿hay lesiones cutáneas o la piel se ve sana?
Cuando hay lesiones cutáneas se trata de enfermedades dermatológicas: dermatitis atópica, psoriasis, dermatitis seborreica, urticaria, sarna, eccemas de contacto y un largo etcétera. Cada enfermedad tiene sus propias causas de picor y su explicación.
Cuando es un picor diseminado y no se ven lesiones en piel (a no ser las producidas por el propio rascado) hay que buscar causas internas: problemas hepáticos o biliares, de riñón, deficiencia de hierro, personas mayores, ingesta de medicamentos o estrés. Aunque también puede ser algo tan simple como la utilización de jabones de ducha inadecuados , con un pH poco apropiado para la piel.
¿Cuáles son los desencadenantes del picor cutáneo?
– Una barrera cutánea alterada: la capa externa de la piel es una barrera semi permeable, compuesta por grasas y células. Cuando se vuelve porosa, ya sea por enfermedad de la piel o envejecimiento, distintos factores externos pueden agredirla, causando picor.
– Piel seca: la piel con un contenido de agua menor al 10% de lo correcto causa picor. Éste suele ser un problema habitual en ancianos o personas propensas a la sequedad cutánea.
– Estrés agudo o crónico
– Sudoración: suele ser un desencadenante habitual en la piel atópica
El picor puede sentirse tanto en piel como en mucosas y en la córnea.
Cuando el picor se acompaña de ardor, hormigueos, calambres, adormecimiento y sensaciones diferentes (como cosquilleo, por ejemplo) y está localizado puede ser de causa neuropática, o sea, que esté involucrado algún ramal nervioso.
¿Y por qué se produce el picor?
El picor es un fenómeno complejo en el que intervienen distintos mediadores . Las células de la epidermis, los queratinocitos, son capaces de liberar distintas sustancias mediadoras, que se unen a receptores específicos y desencadenan el picor. Pero además de estas células también intervienen terminales nerviosos que se llaman fibras C. Estas fibras tienen terminaciones en la epidermis (la capa más superficial) , en la dermis superior y alrededor del pelo. Estas fibras reconocen distintos estímulos que desencadenan picor y lo transmiten hacia el cerebro, que lo reconoce y desencadena la respuesta: el rascado. Uno de los estímulos de las fibras C es el térmico: por eso el picor se agrava con el calor y por eso pican las orejas cuando pasamos el secador caliente. ¡ Son las fibras C que reaccionan al calor!
Si bien el estímulo – picor- desencadena una respuesta – rascado- que calma temporalmente la sensación, el propio rascado produce más activación de las fibras C y los queratinocitos con sus mediadores y altera la barrera cutánea, con lo que a la larga empeora el picor y se crea un círculo vicioso. Pero ¡claro! el picor puede ser muy fuerte y a veces es imposible no rascarse, por más que nos lo propongamos… Ya lo dice el dicho: “En el comer y el rascar, todo es empezar”…
Los mediadores que causan prurito son muchos, algunos muy conocidos:
– Histamina: muy frecuente en muchas situaciones aunque no en todas
– Acetilcolina: muy importante en la dermatitis atópica
– Sustancia P: hace que los mastocitos se activen y liberen mediadores
– Y muchos más…
Las células que se ven implicadas en la reacción son los propios queratinocitos y también los mastocitos y los eosinófilos (que tantas veces salen con asterisco en los hemogramas de las personas alérgicas).
Por eso tomar sólo un antihistamínico no siempre funciona. El antihistamínico combatirá la histamina… si es éste el mediador que está elevado. Pero si son otros los mediadores de picor involucrados no funcionará o lo hará parcialmente. Como tampoco funcionará si el problema es en realidad una piel seca o falta de hierro. En el primer caso lo que esa piel necesita es hidratación y en el segundo, tomar hierro.
Por eso no valen reglas comunes cuando hay picor: hay que ver cuál es la causa que está detrás. Si es una enfermedad cutánea, se realizará el tratamiento adecuado para ella. Y si no hay enfermedad cutánea puede ser importante descartar las causas antes mencionadas: problemas hepáticos, de riñón, estrés, etc. Una analítica completa nos puede ayudar a discernirlo.
Lo importante es conseguir el alivio del picor porque este síntoma puede ser un verdadero tormento para quien lo padece.
Este post es meramente divulgativo, de carácter general y no particular. A través de este medio no se realizan tratamientos ni comentarios sobre casos particulares.
Al ser de carácter público no se alienta la publicación de datos personales ni la historia clínica individual.
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