Alopecia areata ¿Cuál es su origen?

 In Dermatología

La alopecia areata es un tipo de alopecia no cicatricial (no deja cicatrices), de curso impredecible y con una amplia variedad  de presentaciones clínicas. Actualmente está considerada una enfermedad autoinmune.

Puede manifestarse como una placa única o con múltiples placas y adoptar patrones particulares: en placas, reticular, ofiásica, inversa o difusa.

Las formas localizadas suelen ocurrir en el cuero cabelludo, pero también en la barba o en áreas del cuerpo.

Las formas más severas comprenden la alopecia totalis (pérdida total del cuero cabelludo) y la alopecia universalis (pérdida de todas las áreas pilosas del cuerpo).

 

¿Cómo se desarrolla la alopecia areata?

El curso es impredecible: desde pequeñas placas en cuero cabelludo o la barba en las que crece el cabello espontáneamente sin hacer tratamiento alguno hasta el desarrollo como una alopecia total o universal.

Puede ser un episodio aislado, que a veces repite en meses o años hasta un fenómeno de continua aparición de nuevas placas mientras otras van repoblando cabello.

¿Y por qué esta evolución diferente? No es fácil responder a esta pregunta porque seguramente entran en juego las distintas situaciones genéticas , inmunológicas  o particulares de cada persona .

¿Cuáles son los factores precipitantes?

 

Uno muy conocido es el estrés, pero no es un factor obligado en todos los casos. Es decir, no podemos decir que “esto se debe al estrés” en todos los pacientes. En algunos sí será un disparador evidente.

En otros puede ser precipitado por otras causas:

  • infecciosas (sobre todo virus como el Epstein Barr, varicela zoster y citomegalovirus)
  • toxinas
  • tiroiditis autoinmune
  • vacunaciones
  • asociación con otras enfermedades

Para valorar cada caso ha de hacerse una rigurosa y detallada historia clínica, que analice los antecedentes personales y el momento de aparición. Cada persona es única y no hay una causa común sino muchos diferentes factores precipitantes, a veces más de uno. Y todo eso ocurriendo en un terreno particular.

Por ejemplo,  no todos los niños hacen una alopecia areata después de una vacunación, pero esta situación  sí puede precipitarla en un niño genéticamente predispuesto a ello. O con una base inmunológica especial en ese momento y en la que colabora un déficit de ciertos micronutrientes.  Como se ve, es una respuesta compleja a una situación compleja.

 

¿Qué ocurre para que se pierda el cabello en la alopecia areata?

Si bien no conocemos la causa última de la alopecia areata sí se ha estudiado al detalle lo que ocurre en el folículo piloso durante esta afección.

Para ello debemos remontarnos a una breve explicación del ciclo piloso. El cabello sigue un ciclo de 3 fases:

  • anágena o de crecimiento: tiene una duración de años variable
  • catágena o de transición: dura unas pocas semanas. En esta estapa el cabello deja de crecer
  • telógena o de reposo: el folículo descansa y el pelo comienza a caerse. Dura unos pocos meses

Estas fases se alternan de forma mezclada, ya que los seres humanos tenemos un patrón en mosaico: es decir, mientras unos cabellos crecen, otros caen. Si hicieran el proceso de forma sincronizada, como en los animales, tendríamos verdaderas mudas. A quien le interese una explicación más detallada del ciclo piloso puede leer los  posts: Caída de cabello estacional” y tambiénAlopecia y efluvios”.

Retomando el tema de la alopecia areata: el pelo cae porque el folículo anágeno (o sea, el que está creciendo) es atacado por las propias células inmunológicas de nuestro cuerpo.

Os preguntareis: ¿y por qué ocurre semejante cosa? La respuesta es porque se ha perdido el inmunoprivilegio del folículo.

¿Qué es el inmunoprivilegio del folículo piloso?

Se llama privilegio inmunitario (o inmunoprivilegio) a una curiosa adaptación que protege a ciertos órganos del reconocimiento inmunológico, para evitar ser atacados.  Entre ellos están: el sistema nervioso central, los testículos, placenta, ojos y el folículo piloso anágeno.

Todas las células nucleadas del cuerpo tienen unas moléculas que se llaman Complejo Mayor de Histocompatibilidad I.  Este complejo sirve para presentar antígenos al sistema inmunológico y ponerlo en marcha, evitando ataques de elementos nocivos. Pues bien, en estas zonas tan especiales, las células no tienen este complejo o lo tienen en una muy baja actividad, para evitar que el sistema inmunitario pueda “encenderse” contra ellos.

En la alopecia areata se pierde este inmunoprivilegio. El  folículo comienza a expresar el complejo y el sistema inmunitario se pone en marcha atacando al pelo. Son las propias células inmunitarias del cuerpo (linfocitos) las que realizan el ataque. A consecuencia de ello, el pelo se cae.

 

¿Qué causa el colapso del inmunoprivilegio del folículo?

 

Actualmente se plantean dos escenarios diferentes.

Antes de abordarlo, hay que explicar otro dato curioso: el cabello posee un sistema “en pequeñito” y local del eje hipotálamo- hipófiso- adrenal. Este sistema es el que induce en el cuerpo, a nivel general, las respuestas de estrés ante situaciones de peligro.

Cuando padecemos una situación de estrés agudo,  el hipotálamo y la hipófisis mandan señales a las glándulas suprarrenales para responder con las hormonas del estrés, que nos ayudan a solventar la situación.

Pues bien, el cabello tiene en sí mismo y en diminuto, un eje similar.  Si uno lo piensa, es algo muy lógico: la piel tiene que proteger al cuerpo de estresores ambientales como radiación ultravioleta, temperatura, agresiones químicas y agresiones biológicas (virus y bacterias).

En los últimos trabajos científicos sobre alopecia areata se postulan dos escenarios, dos hipótesis diferentes de cómo se desencadena la alopecia areata.  Es importante acotar que no son verdades absolutas sino hipótesis, ya que las causas últimas se desconocen. Pero son hipótesis muy interesantes.

Dos escenarios para el desarrollo de la alopecia areata

  • la pérdida del inmunoprivilegio comienza en el folículo piloso, respondiendo a estresores locales que producen radicales libres y estrés oxidativo. Estos estresores pueden ser microtraumas, daño folicular, infecciones virales o bacterianas, etc
  • Desregulación del sistema inmunitario con un folículo sin problemas locales. Aquí la activación ocurriría en el propio ganglio linfático, respondiendo a circunstancias como estrés emocional o sistémico. Y desde allí saldría el ejército de linfocitos con la misión de atacar el pelo.

Posiblemente los dos escenarios sean posibles, en pacientes diferentes. De modo que si bien es una misma enfermedad, puede tener orígenes precipitantes diferentes. De ahí la importancia de levantar una buena historia clínica.

 

¿Puede volver a crecer el pelo?

La alopecia areata NO es una alopecia que produce cicatrices. En las alopecias cicatriciales lamentablemente el pelo no vuelve a crecer porque hay una cicatriz. Pero en la alopecia areata no la hay.

De modo que las estrategias terapéuticas están destinadas a frenar el ataque de las células inmunitarias al pelo. Una vez frenado, el pelo puede volver a crecer. En las situaciones de muy larga duración puede no suceder, ya que si bien el ataque cesó, el cabello se ha quedado en un estado “dormido”.  En estos casos el anhelo terapéutico es poder estimular la fase anágena para que crezca otra vez, hecho que a veces se consigue y a veces no.

Tratamientos dermatológicos  para la alopecia areata

Los tratamientos dermatológicos  se plantean en función de la extensión. Los tratamientos van destinados a “frenar” el ataque inmunológico, por eso la primera línea de tratamiento  en las pequeñas placas es el uso tópico o intralesional (infiltraciones) de corticoides.

En casos más extensos se puede utilizar la inmunoterapia tópica.

Las terapias sistémicas sólo se reservan para formas severas: corticoides orales, metotrexato, ciclosporina y azatioprina (fármacos inmunosupresores).

También se están utilizando los llamados fármacos biológicos , sobre todo se está investigando la acción de los llamados anti jak.

Se utilizan también estatinas y plasma rico en plaquetas (PRP)

Los resultados con estos tratamientos son variables, sin que haya una fórmula mágica para todos.

 

 

Microinmunoterapia para la alopecia areata

Dentro del marco de las inmunoterapias, la Microinmunoterapia se engloba en la llamada “low dose medicine”  (medicina de bajas dosis), un área de creciente interés e investigación.  Se utilizan sustancias inmunológicas a bajas dosis con el objeto de reconducir la respuesta inmunitaria alterada.  Las bajas concentraciones carecen de toxicidad.

 

En cualquier caso, la alopecia areata en sus formas más severas es todo un desafío terapéutico con tasas de respuesta variables., sean tratamientos convencionales o complementarios.  No hay una panacea absoluta para todos los casos y cada opción terapéutica ha de comentarse detalladamente con el paciente.

 

Este post es meramente divulgativo, comentando los últimos avances científicos  en la comprensión de esta enfermedad. Tiene carácter general y no particular.. A través de este medio no se realizan tratamientos ni comentarios sobre casos particulares.

Para personalizar cada caso lo mejor es dirigirte a tu dermatólogo.

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Showing 5 comments
  • silvia
    Responder

    Muy interesante el artículo. Solamente comentar que hay veces que el tratamiento con inmunodepresores no funciona y el paciente tiene que hacerse a la idea de convivir con la alopecia.
    Por otro lado, el cabello puede salir aún después de veinte años…
    Lo que yo descubro ahora, es que la enfermedad autoinmune puede no centrase solamente en el folículo piloso, si no atacar a otras glándulas. Por ejemplo, crear antígenos del tiroides.
    Y por supuesto es un gran avance salir de la idea del estrés emocional como única causa y ampliar el espectro a enfermedades víricas como desencadenante del desajuste del sistema inmunológico. Yo creo que mucho de los avances irán hacia ese campo de investigación creando tratamientos más específicos y mucho menos agresivos como los actuales.

    • Cristina Zemba
      Responder

      Hola Silvia. Muchas gracias por tu interés y tus comentarios. Como bien dices, por suerte hay muchas investigaciones en curso que van aumentando nuestros conocimientos y arrojando nuevos rayos de luz, aunque sea más lento de lo que nos gustaría. Un saludo cordial

  • david
    Responder

    Muy buen articulo. En nuestra clinica, al 80% de los pacientes que vienen buscando trasplantes capilares los diagnosticamos con alopecia areata difusa y no podemos operarlos de primeras. Pensamos que el Covid a podido desencadenar una “pandemia” de alopecias, nunca habíamos visto estos niveles. Definitivamente hay que estudiar que esta pasando, ya que puede ser la punta del iceberg para otras posibles patologías.

    • Cristina Zemba
      Responder

      Hola David. Muchas gracias por tu interés y tu aporte clínico y reflexión. Efectivamente hay mucho que investigar y seguramente iremos comprendiendo muchas cosas en los años venideros. Muchas cosas llaman la atención. Por ejemplo, el caso de la alopecia frontal fibrosante: antes era poco frecuente y ahora hay cada vez más casos y en edades más jóvenes. En fin, nos queda mucho por estudiar y aprender
      Un saludo muy cordial!

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