Fotoprotectores : ¿qué sabemos de sus características y acciones?
Estamos en verano y queremos encontrar fotoprotectores adecuados. Nos encontramos con etiquetas que indican factor 50, factor 30, luz azul… ¿sabemos que significa todo esto?
Para revisar el tema primero hemos de repasar cuáles son las radiaciones procedentes del sol que llegan a nuestro planeta.
Las radiaciones solares
La radiación solar es aquella energía emitida por el sol en forma de radiaciones electromagnéticas, que son ondas creadas por la vibración entre un campo eléctrico y un campo magnético. La longitud de estas ondas varía según de cuál hablemos y esto tendrá una gran importancia a la hora de comprender hasta qué nivel de profundidad penetran en la piel.
¿Dé donde vienen los nombre “ultra – violeta” e “infra-rojo”? Es muy sencillo: la luz visible, lo que podemos ver , abarca los colores del arco iris (que van desde el violeta hasta el rojo). Más allá del violeta no podemos “ver”, y por tanto esa onda se llama “ultra-violeta”. Lo mismo sucede con el rojo: más allá de ese color no podemos ver y por tanto se llama “infra-rojo”
Las radiaciones más importantes a considerar son:
- UVA: abreviatura de “ultravioletas A”. Es mucho menos energética que los UVB y es más constante a lo largo del día y del año. Con respecto a la piel, produce un bronceado rápido, pero también trae asociadas manchas y envejecimiento. También se asocia frecuentemente con la erupción polimorfa lumínica, que produce “granitos” que dan mucho picor en zonas expuestas como escote y brazos.
- UVB: radiación ultravioleta B. Es máxima en el ecuador y a las horas centrales del día. Es de una alta energía y se refleja en el agua y la arena. Es la responsable de las quemaduras solares pero también de la producción de vitamina D en la piel. Al ser muy intensa, produce daños en los queratinocitos (las células de la epidermis) y este daño al ADN de esas células puede llegar a producir cáncer de piel. No atraviesa el cristal
- IR: o radiación infrarroja. Representa un 55% de los rayos solares. Es la que da el “calor del sol”. Pueden llegar muy profundo, incluso hasta el músculo.
- LV: luz visible, que está recibiendo mucha atención y muchos estudios en los últimos tiempos. Representa alrededor del 45% de la radiación solar y está presente a lo largo del todo el día. Dentro de los 7 colores, la luz azul (del espectro de luz visible) es la más energética. Penetra a través del cristal. Aunque clásicamente el melasma (manchas oscuras en mejillas y frente, antiguamente llamado “cloasma del embarazo”) se asociaba con los UVA, en años recientes se ha descubierto que es una causa principal en la producción de estas manchas. Se protege con pantallas minerales.
Medidas físicas de fotoprotección
Son muy importantes y vale la pena tenerlas en cuenta.
- Sombra: algo tan simple como buscar la sombra en las horas centrales del día es muy importante. Para tener una idea de cuándo refugiarnos podemos mirar nuestra sombra: cuando es más corta que nuestra altura nos indica que tenemos que cobijarnos de los rayos solares
- Ropa adecuada: existen incluso prendas diseñadas especialmente para tal fin. Se llama UVF a la eficacia del tejido que nos protege y se mide en una escala del 1 al 50. Hay varias marcas comerciales de ropa con etiquetas que señalan sus propiedades.
- Gafas de sol: protegen los ojos y la piel circundante, ayudando a la prevención de cataratas y queratitis. Es importante hacerse con gafas homologadas y que señalen que ofrecen protección frente a la radiación ultravioleta. En una óptica podrán asesorarnos bien.
Fotoprotectores tópicos
Son los que popularmente se conocen como “bloqueadores” o “pantallas solares”. Son productos que reflejan, absorben o refractan la radiación solar.
Según su composición los filtros se clasifican en:
- Físicos o minerales: los más comunes son el óxido de zinc y el óxido de titanio. Su mecanismo de acción es reflejando la radiación solar. Actúan frente a UVA, UVB, LV e IR y por lo tanto son “de amplio espectro”. A veces denominados como “ecran” (pantalla) .El inconveniente suele ser su mala cosmeticidad algunas veces (muy espesos, muy blancos…). Muchas veces, para hacerlos más cosméticos, les añaden nanopartículas, que son elementos controvertidos. Pero en ese caso se ha de añadir NANO al etiquetado. Los filtros físicos son los recomendados en niños y pieles alérgicas o reactivas.
- Químicos: actúan absorbiendo la radiación ultravioleta (captan la energía y la emiten como radiación térmica). En función de la longitud de onda que absorben se distinguen como filtros UVB, UVA y de amplio espectro. Requieren de unos 30 minutos para ejercer su acción, de modo que deben aplicarse con la debida antelación. Como son absorbidos por la piel, no se recomienda su aplicación en niños y pieles intolerantes o lesionados. Comprenden sustancias como acrilatos, benzofenonas, benzimidazoles, salicilatos y cinamatos, algunos de ellos más controvertidos que otros. Los que más reacciones alérgicas pueden ocasionar son el PABA, oxibenzona y cinamatos
- Orgánicos: pigmentos de origen orgánico e insoluble. Su mecanismo de acción consiste en la combinación de reflexión y absorción. Presentan protección UVA/UVB, buena cosmética y mínima presentación en la piel. Constituyen una nueva generación de filtros solares. En una palabra, son filtros químicos que no se solubilizan. Buscan de alguna manera obtener una buena cosmeticidad (facilidad de aplicación, textura) que a veces no tienen los físicos junto a una alta protección solar y baja reactividad, sensibilización o alergias. Por ejemplo, el tinosorb
- Biológicos: son antioxidantes que evitan la formación de radicales libres y contrarrestan el daño oxidativo. Se emplean cada vez más, por ejemplo, los betacarotenos y vitaminas C y E. Tienen acción anti envejecimiento cutáneo. También se utiliza la niacinamida, y extractos de uva, té verde, genisteína o coenzima Q10
Fotoprotectores orales
Son complementos alimentarios que complementan la protección tópica (con fotoprotectores) y la protección física (vestimenta adecuada, etc). De esta manera es un “plus” para la fotoprotección. Contienen antioxidantes que luchan contra el estrés oxidativo, por ejemplo, té verde, vitamina C, D, B, luteína y licopeno, entre otros. Muy interesante es que contengan polypodium leucotomos, una planta originaria de Centroamérica, que atenúa los efectos perniciosos de la radiación ultravioleta.
¿Qué significa “factor de protección solar” en los fotoprotectores?
Cuando buscamos un fotoprotector solar nos encontramos números… 30, 50… ¿pero qué significa eso exactamente?
Se llama factor de protección solar (en inglés SPF o “sun protection factor”) al número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al enrojecimiento previo de la quemadura. Se debe tener en cuenta que este número sólo indica la capacidad de protección frente al eritema o enrojecimiento (producido por los rayos UVB) y no frente a otros efectos producidos por la radiación UVA.
¿Cómo sabemos si tiene o no protección frente a UVA? El problema es que no existe un consenso sobre cómo medir o catalogar la protección frente a UVA. No todos los fotoprotectores llevan un logo de protección UVA. Aquellos que tienen un logo de protección UVA son aquellos en los que se ha podido demostrar que la protección frente a UVA representa un tercio de la protección UVB. Por ejemplo, si la protección fuera SPF 30 la protección UVA del mismo debería ser al menos de 10. En otros países si cuentan con métodos de cuantificación de la protección frente a UVA
Los que ofrecen además demostrada protección frente a luz visible o luz azul así lo hacen constar en el etiquetado. Que filtren también esa luz puede ser del mayor interés para las personas con problemas de manchas oscuras en la cara.
Los rayos UVB nunca llegan a filtrarse del todo, por eso es conveniente su reapliación a lo largo del día, por ejemplo, cada 2 horas
En resumen:
A la hora de buscar un fotoprotector hay que tener en cuenta muchos factores:
- Amplio espectro (no sólo UVB sino también UVA y luz visible/luz azul) indicado en el etiquetado
- Hidratante
- Buena cosmeticidad
- Evitar que contenga un alto contenido en químicos (muchas veces llevan una alta combinación de químicos). Hay que observar siempre las etiquetas
- Tener en cuenta la edad o situación vital: niños, embarazadas. En estos casos utilizar los que están etiquetados para este uso específico
- Tipo de piel: grasa, seca…
- Que no contengan elementos controvertidos, por ejemplo, siliconas
- Que sea biodegradable y respetuoso con el medio ambiente
- Que aporten antioxidantes
Este post es meramente divulgativo, de carácter general y no particular. A través de este medio no se realizan tratamientos ni comentarios sobre casos particulares.
Al ser de carácter público no se alienta la publicación de datos personales ni la historia clínica individual.