La familia Omega 3
Los omega 3 son ácidos grasos pertenecientes al grupo de los lípidos (grasas).
Los ácidos grasos pueden ser saturados e insaturados, lo que se refiere a sus características químicas.
Para explicar la diferencia entre los dos imaginemos dos cadenas: una continua, sin eslabones. Y la otra con eslabones o bisagras. La primera es más difícil de doblar que la segunda, cuyos eslabones y bisagras le permiten mayor flexibilidad.
Como estos ácidos grasos están en la membrana celular de cada célula serán los encargados de aportar mayor rigidez (saturados) o flexibilidad (insaturados).
No es que uno sea bueno y otro malo: es necesaria la presencia de ambos en la membrana porque la membrana ha de ser … ni demasiado “tiesa” ni demasiado “blandengue”.
Todo en su justo equilibrio: así lo quiere la naturaleza.
¿Y por qué es importante la membrana celular? Un ejemplo puede resultar útil: los glóbulos rojos. Ellos llevan la sangre por todo el cuerpo, desde los vasos grandes (arterias y venas) hasta los capilares más pequeños, para que llegue oxígeno a cada célula. Algunos capilares son tan diminutos que el glóbulo rojo debe plegarse y aplanarse para pasar. Una vez salido del capilar, vuelve a su forma. Porque es elástico… si su membrana le da elasticidad. ¿Y si es muy rígido? No pasa por el capilar, queda atascado… Con lo cual ese fragmento de tejido no queda bien oxigenado y se ha producido un embozo en el pequeño vaso…
¿Por qué se llaman omega 3?
Una vez más: cuestiones de la química.
Aunque parezca un lenguaje críptico podemos explicarlo de forma sencilla con un ejemplo. En un grupo de varias personas se pone en el extremo de la izquierda a María, y en el de la derecha a Pablo. En medio de los dos puede haber 6, 10 o 20 personas. Entre esas personas hay una, dos o tres que llevan un cartel: “bisagra”.
Si colocamos al individuo “bisagra” a tres posiciones a contar desde María, será un omega 3. Si la “bisagra” está a 6 posiciones de María, será un omega 6. Y si está a 9 posiciones, un omega 9.
También se tienen en cuenta el número de bisagras: si hay una sola bisagra es un ácido mono- insaturado, si hay varias bisagras es un poli- insaturado. Pero recordemos que el que cuenta para su denominación, tenga uno o varios, será su posición cercana a María.
¿Y qué importancia tiene todo esto? Pues que esas diferencias químicas aportan propiedades específicas para cada uno.
La gran familia omega
Hemos vistos que hay varios omegas: 3, 6, 7, 9… Sin embargo, hay dos familias que destacan por su importancia. La familia omega 6 y la familia omega 9. Simplemente porque los dos cabezas de familia de ambas son ácidos grasos esenciales, o sea, que el cuerpo no los fabrica de ninguna manera y sólo pueden ser obtenidos a partir de la alimentación. Si carecemos de ellos, como en la desnutrición profunda, el cuerpo enferma.
Ahora bien. Cada cabeza de familia ha de ir “fabricando” sus hijos.
¿De qué modo? Añadiendo carbonos, lo que se traduce ir añadiendo personas a nuestra fila: partimos de 18 y llegamos a 20 o 22.
También se van añadiendo bisagras. Más bisagras añado, más flexible es ese ácido graso.
Los cabezas de familia necesitan comadronas que los ayuden en el parto: las enzimas.
El cuerpo, para ahorrase gastos, no tiene una comadrona para los omega 3 y otra para los omega 6. Simplemente es la misma la que atiende las necesidades de ambos.
Por lo tanto, si es una de las familias la que le da más trabajo, se irá para ese lado, ya que la otra no la necesita. Y normalmente en nuestra sociedad, debido a la alimentación que llevamos, la partera suele aplicarse a fondo con la familia omega 6 y mucho menos con la familia omega 3. Con lo cual tenemos muchos más hijos omega 6 que omega 3.
¿Qué alimentos contienen omega 6?
La” madre “ omega 6 (ácido linoleico) está en los aceites de maíz, girasol, cacahuates y uva. Con la ayuda de la comadrona tiene primero dos” hijo”s: GLA y DGLA, que también están contenidos en los aceites de borraja y onagra, que a su vez tienen descendencia: una serie de sustancias con efecto anti inflamatorio. Pero cuando se consumen grandes cantidades de omega 6, se continúa más lejos aún en nuestra fila y llegamos a otro “hijo”, esta vez con cualidades mucho menos deseables: el ácido araquidónico, cuya descendencia es producir productos inflamatorios. Los alimentos como los lácteos, carnes rojas y huevos contienen grandes cantidades de ácido araquidónico también.
¿Y cuáles contienen omega 3?
Por el lado de los omega 3, la “madre” se llama ácido alfa linolénico, y está contenido en los aceites de lino, camelina, colza, nuez y cassis. Con la ayuda de la comadrona tiene dos “hijos”: EPA y DHA, con reconocidas propiedades anti inflamatorias. Tanto el EPA como el DHA están contenidos en los aceites de pescado y de krill.
¿Qué quiere decir todo este intríngulis?
Habíamos comentado que la comadrona trabaja para las dos familias y que irá para el sitio donde más la llaman. Nuestra alimentación habitual consiste en comer muchos más productos con omega 6, ya que muchos productos contienen maíz y girasol.
Incluso el pienso de los animales de granja también lleva maíz y girasol.
Grandes cantidades todo el día que irán desembocando hacia el ácido araquidónico, que recordemos que también está contenido en productos de uso diario en nuestra cultura como la carne, la leche y los huevos. De resultas que la proporción omega 6 a omega 3 acaba siendo de 20 o 30 de los primeros a 1 de los segundos, cuando la relación óptima debería ser 4 a 1.
La importancia reside en que, este desbalance continuo va produciendo una inflamación silenciosa que a la larga acaba dando alguna manifestación crónica. Por eso es tan importante que el consumo de omega 3 sea equilibrado y constante.
Y no es fácil comer productos con omega 3. Podemos tomar aceite de lino (ver artículo Los aceites y la salud en este mismo blog) o mejor aún de camelina. Pero para saber que va a transformarse en EPA y DHA tenemos que estar seguros que la comadrona está activa y no de baja (las enzimas “comadronas” se bloquean entre otras causas por el estrés). Por eso, además de los omega 3 vegetales es importante incorporar también pescado azul. Debido a la contaminación de los mares y a que “el pez grande se come al chico” se preferirán los pescados azules pequeños, como las sardinas, ya que el atún , pez espada y emperador (pescados grandes) puede contener cantidades importantes de mercurio. Y si no nos gusta el pescado siempre podemos tomar suplementos de omega 3, eso sí, que sean de calidad y libres de tóxicos, sino es peor el remedio que la enfermedad.
¿Hay algún análisis que permita saber el contenido omega 6/omega 3 de nuestro cuerpo?
Hay un análisis especial donde se miden los ácidos grasos en la membrana del eritrocito. El glóbulo rojo (eritrocito) es una célula, mucho más asequible a la exploración que una célula del hígado, por ejemplo. Mirando la cantidad de ácidos grasos en la membrana del glóbulo rojo podemos relacionar con lo que está pasando en las membranas de otras células del cuerpo. El inconveniente es que no se hace de rutina ni en la seguridad social ni por las mutuas. No es indispensable que la hagamos si no podemos costearnos esta prueba. Pero sí intentar comer de una forma más equilibrada. Y no dar por hecho que si los “análisis corrientes salieron bien” vamos a enterarnos de este tema, porque en los análisis comunes no se puede ver el contenido de los ácidos grasos.
En resumen: comer con sabiduría y equilibradamente es lo mejor para mantener la salud, ya que la nutrición moderna nos enseña que muchas de las enfermedades crónicas que nos azotan hoy en día tienen su origen en hábitos alimentarios poco equilibrados (en el sentido explicado) mantenidos durante años.
Un último apunte. Hay una creciente utilización del aceite de onagra. Es verdad que este aceite tiene propiedades anti inflamatorias y una gran utilidad sobre todo en el área ginecológica. Pero hay que recordar que es un omega 6… de los cuales ya tenemos bastante. Por lo tanto es de buena práctica que si lo tomamos, tomemos al mismo tiempo un suplemento de omega 3, para mantener la relación entre las familias de forma equilibrada.
Este post es meramente divulgativo, de carácter general y no particular. A través de este medio no se realizan tratamientos ni comentarios sobre casos particulares.
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Dermatóloga, especializada en Dermatología Integrativa, Homeopatía y Microinmunoterapia.
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