La insulina y la salud
La insulina es una hormona anabólica secretada por el páncreas que permite que las células puedan captar la glucosa (azúcar) que necesitan para su energía.
Para explicarlo de forma sencilla: se llaman procesos anabólicos a los que construyen, a los que hacen proliferar y formar sustancias más complejas desde otras más simples. Por el contrario, se llaman procesos catabólicos a los que degradan una sustancia más compleja para convertirla en otra más simple, liberando energía en este proceso.
Como todo en nuestro cuerpo, debe existir un perfecto equilibrio entre los que se construye y lo que se destruye, ya que tan malo es “todo construcción” como “todo destrucción”.
El organismo tiene hormonas anabólicas y catabólicas. Para retener una imagen de cómo funcionan basta visualizar unos músculos: las hormonas anabólicas los harán crecer y las catabólicas los harán perder volumen. Pero claro, no es sólo en los músculos esta acción sino en todo el organismo.
Funciones de la insulina
Como buena hormona anabólica, la insulina hace “crecer y proliferar”, por lo tanto estimula:
– producción de glucógeno, que es una forma de almacenar glucosa de reserva en el hígado y el músculo
– síntesis de proteínas
– síntesis de triglicéridos (grasa)
– utilización de la glucosa por las células
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad producida por la falta de esta hormona, ya sea porque :
-el páncreas no la produce (diabetes tipo 1) o
-porque no funciona como debería y el cuerpo no puede utilizarla (diabetes tipo 2).
En uno y otro caso la glucosa no puede entrar a las células para ejercer sus funciones y entonces se acumula en la sangre, produciendo enfermedad.
Es por lo tanto muy importante que la insulina se mantenga en niveles adecuados para hacer su función: llevar el azúcar a las células. Cuando la insulina está muy alta en la sangre estará expresando una dificultad biológica: es como si las células “no la escucharan”. Esto se llama resistencia a la insulina y es una situación que puede acabar en diabetes tipo 2 (hay insulina pero el cuerpo no puede utilizarla).
¿Cómo se manifiesta el exceso de insulina en el cuerpo?
Recordemos que la insulina es una hormona de “proliferación”, que hace “crecer”, por lo tanto entre otras cosas crecerá la grasa…
Hay un cuadro clínico que se llama síndrome metabólico y que se caracteriza por:
– Aumento de la insulina en sangre
– Obesidad en la parte central del abdomen (aumenta la proporción entre el perímetro cintura/cadera)
– Aumento de triglicéridos en sangre (estos no tienen tanta prensa como el colesterol pero son grasas reveladoras de la existencia de este problema y no hay que dejar que se disparen)
– Hipertensión arterial
En resumen:
Un vientre prominente con triglicéridos sanguíneos y más si hay hipertensión añadida lo que estará indicando es un aumento de la cantidad de insulina . Esta situación favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares .
Hoy en día el aumento del perímetro abdominal se considera un marcador muy fiable (y sencillo) de riesgo de problemas cardiovasculares, ya que se asocia con la temida aterosclerosis: la formación de placas gordas que tapan las arterias.
El concepto importante es: mientras la insulina está alta el cuerpo no quemará grasas (¡más bien todo lo contrario: las formará!)
Signos cutáneos del aumento de insulina
El aumento de insulina suele relacionarse con obesidad y sobrepeso y es lógico, ya que es una hormona de proliferación y almacenamiento: “todo crece”.
De modo que los signos clínicos que se mencionan suelen ser más evidentes en caso de sobrepeso y obesidad:
¿Qué aparece en la piel?
– Acantosis nigricans: con este nombre se designan manchas oscuras, de aspecto rugoso y aterciopelado que aparecen en axilas, ingles y cuello y que muchas veces son atribuidas “al roce”
– Fibromas blandos o acrocordones: son “verrugas” (ver post sobre las verrugas) y excrecencias que aparecen en cantidad en las mismas localizaciones: cuello, ingles y axilas. Se atribuyen al “roce” y “cadenas” pero detrás suele estar un aumento de la insulina que hace que “todo crezca”.
– Queratosis pilar: es una piel áspera, como “piel de gallina” que aparece sobre todo en brazos y muslos. Puede haber pequeños “granos” o protuberancias que se confunden con acné. Si bien está clásicamente relacionada con piel atópica, en los pacientes obesos puede relacionarse con un aumento de la insulina.
– Durezas y callosidades plantares intensas: piel tan seca que puede agrietarse. Puede también ser un signo de psoriasis pero en pacientes obesos puede estar relacionado con la insulina.
¿Cómo mantener a raya los niveles de insulina?
Es un tema muy amplio que se merece un post en sí mismo pero haciendo un breve resumen podemos decir que según el tipo de hidratos de carbono que comemos la insulina entra en una especie de montaña rusa: ahora sube rápido, ahora baja rápido, ahora sube rápido…
Por tanto muy importante saber qué comemos y cuándo lo comemos. Es interesante leer el post asociado: índice glucémico de los alimentos.
Este post es meramente divulgativo, de carácter general y no particular. A través de este medio no se realizan tratamientos ni comentarios sobre casos particulares.
Al ser de carácter público no se alienta la publicación de datos personales ni la historia clínica individual.
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