Los primeros mil días de vida y su importancia en la salud
Hablar de los “primeros mil días” es hoy una tendencia en alza. Sólo una búsqueda en google – sobre todo en inglés – “the first thousand days” nos arrojará numerosos resultados. Se habla de ello en congresos, en publicaciones científicas… Pero ¿por qué se reconoce ahora como algo tan importante? ¿ Qué ocurre durante esos primeros mil días de vida que sea tan importante como para influenciar la salud futura?. Es un tema que merece comentarse con algún detenimiento.
Un mundo microbiano
Vivimos en un mundo microbiano. Ya se hizo referencia a ellos en un post anterior, Bacterias amigas y microbioma humano. Estos diminutos compañeros han sido las primeras formas de vida en la Tierra. Y sólo recién ahora, gracias a los avances de la ciencia, estamos comenzando a vislumbrar su impacto en nosotros, que les brindamos hospedaje. Parece mentira pero aún no hemos llegado a conocer en detalle al 70% de los que habitan en nuestro intestino y esto es así porque aún no se han desarrollado las técnicas necesarias para aislarlos, cultivarlos o secuenciarlos.
El tracto gastrointestinal está colonizado por 10 veces más células microbianas que humanas y contienen aproximadamente 150 veces más genes microbianos que los de nuestro propio genoma.
Esta microbiota coexiste – en condiciones normales- en una situación de equilibrio con el huésped (nosotros) y se relaciona con el sistema inmunitario en una vía de dos direcciones: bacterias e inmunidad se influencian mutuamente.
El desarrollo de la microbiota – flora intestinal – es un proceso dinámico en los primeros años de la vida. La importancia de cuáles bacterias colonizan el intestino y su diversificación gradual hacia un ecosistema estable tiene un papel esencial para establecer las relaciones huésped-microbio de cara a desarrollar una simbiosis óptima.
Pioneros microbianos
La composición de la flora de los primeros días de vida abarca dos etapas diferentes :
– desde el nacimiento a la lactancia
– desde la lactancia a la vida adulta, enriquecida por la posterior diversificación alimentaria
Los “pioneros microbianos” que colonizan al recién nacido en las primeras horas son bacterias que preparan el terreno para las que vendrán después. Estos heraldos son: Estafilococos, Estreptococos, Enterococos y Enterobacterias. Puede asombrarte mucho que hablemos de estafilococos y estreptococos, bacterias que a lo mejor conoces por procesos infecciosos . Pero lo cierto es que un microbio no siempre se comporta de forma agresiva o “mala”. En este caso son habitantes pioneros del intestino y preparan el terreno para los siguientes, que se instalarán 1 a 2 semanas después: Bifidobacterias, Bacteroides, Clostridium y Eubacterias.
Pero hay más: si bien se daba por sentado que el intestino del bebé era estéril hasta el nacimiento, la ciencia ha reconocido bacterias Escherichia en el meconio – primer excremento – de bebés sanos, sugiriendo que la exposición bacteriana comienza antes del nacimiento y que durante la vida fetal se pueden recibir microorganismos desde la madre gestante.
¿De dónde surgen estos pioneros iniciales que colonizan al bebé inmediatamente nacer? Por un lado, de la microbiota materna: vaginal, fecal, bucal, cutánea y de la leche. Por otro lado, del medio ambiente. Con todo ello podemos apreciar que hay muchos factores que determinarán la microbiota del bebé, dependiendo de:
– estado de la flora intestinal materna (por ejemplo, uso de antibióticos)
– edad gestacional
-nacimiento vía vaginal vs cesárea
– dieta
Los primeros mil días
Con la introducción de alimentos sólidos, hacia los 4-6 meses, la flora del bebé va diversificándose y paulatinamente desarrollándose hacia la microbiota adulta. Los adultos sanos tienen una flora estable y distintiva, algo así como una “huella digital” que mantendrá a lo largo de su vida, desestabilizándose al envejecer o enfermar.
La edad aproximada del establecimiento de esta “microbiota adulta” es alrededor de los 3 años. De ahí que se la llame la “microbiota de los primeros mil días”. Luego de ese período, nuestra vida adulta tendrá conformada su propia “huella digital” bacteriana .De modo que es de suma importancia que durante ese período se construya la mejor microbiota posible.
La composición de la flora del bebé será un factor importante que influenciará:
– maduración intestinal
– desarrollo inmunológico
– metabolismo
De manera que si los elementos que la forman no son los adecuados puede haber una mayor susceptibilidad de padecer:
– trastornos metabólicos (obesidad)
– alteraciones inmunológicas (alergias, enfermedad inflamatoria intestinal)
– perturbaciones cognitivas (por ejemplo, autismo)
Estas enfermedades han aumentado en frecuencia en nuestro mundo moderno. La investigación sobre la prevención de enfermedades tiene ahora un nuevo foco añadido: la microbiota.
Implicaciones prácticas
Dado que esta flora intestinal se influencia mutuamente con el sistema inmunitario, cognitivo y metabólico construir una buena simbiosis durante los primeros mil días se convierte en objetivo promisorio. Es un período crucial porque representa el momento en que el cuerpo comienza a recibir estímulos externos por primera vez y recibe un entrenamiento para responder a ellos.
En este post no se han incluido, en rigor de la extensión, la importancia capital de la influencia de los nutrientes en la madre gestante que pueden leerse en Embarazo y micronutrición, como tampoco la importancia de los buenos nutrientes en esos primeros mil días. El tema concreto de este post ha sido una mirada a la importancia de los primeros mil días en relación con la microbiota, reconocida hoy en día ampliamente en el mundo de la investigación científica.
¿Qué podemos hacer al respecto entonces para ayudar a nuestro bebé a establecer una microbiota saludable?
Si estamos buscando un bebé es importante que, además de tomar ácido fólico en los meses previos, hagamos una buena revisión de nuestro estado bucal e intestinal.
Cuando haya inflamaciones en la boca- gingivitis, periodontitis- acudir al odontólogo para tratarlas.
Corregir, si los hubiera ,problemas intestinales o vaginales. Un parto vaginal incluye un contacto con nuestras bacterias en esas zonas
Una vez producido el nacimiento la leche materna es un aliado eficaz en la formación de una buena microbiota en el lactante, como también lo es elegir una dieta saludable
Este post es meramente divulgativo, de carácter general y no particular. A través de este medio no se realizan tratamientos ni comentarios sobre casos particulares.
Al ser de carácter público no se alienta la publicación de datos personales ni la historia clínica individual.