¿Qué es el Tipaje Linfocitario?

El tipaje linfocitario es una prueba diagnóstica que se utiliza para valorar el estado del sistema inmune. Es una prueba específica que no se utiliza en las analíticas de rutina (las que miden colesterol, azúcar, etc), de manera que hay que solicitarla especialmente.
En un anterior artículo de este blog, se ha comentado la importancia del sistema inmunológico. Mediante esta prueba podemos medir distintos mecanismos y poblaciones celulares de la inmunidad innata y adquirida y el estado general del sistema.

¿En qué consiste?

La prueba se realiza mediante un análisis de sangre y los resultados se informan, y aquí viene lo importante, en forma de gráficos. Estas figuras tienen un gran valor porque muestran distintas imágenes al ojo que sabe interpretarlas: en ellas pueden vislumbrarse las dos torres de una “catedral” , una “pirámide” o una “escalera”, lo que permite evaluar cómo responde el sistema inmunológico a distintas situaciones. ¿Está en equilibrio?¿Hay algún bloqueo? ¿Está en una fase de transición? Además, la visualización en barras verticales y colores permite una rápida percepción general: ¿está por encima de la media? ¿Por debajo? De manera que sin este informe en forma de gráficos no puede realizarse correctamente. No todos los laboratorios realizan esta prueba y deben estar familiarizados con la técnica para desarrollarla correctamente.

¿Cuándo se utiliza un tipaje linfocitario?

Este análisis está especialmente indicado en el caso de enfermedades crónicas, enfermedades autoinmunes , cáncer, patologías infecciosas, fibromialgia, psoriasis, liquen plano, fatiga crónica o en procesos poco claros y sin un diagnóstico definido que traen de cabeza.
Es importante señalar que esta prueba es una evaluación de cómo está el sistema inmune. No es algo que nos dice: “Tienes tal cosa en tal lugar”. Sino que más bien está advirtiendo cuáles son las dificultades que están encontrando las células inmunológicas. ¿Tienen problemas con organismos intracelulares, como los virus?¿O están bloqueadas por problemas con organismos extracelulares como las bacterias, hongos o parásitos? Por eso, cuando se pide esta prueba tiene que ser en el contexto de una historia clínica, ya que los síntomas del paciente serán de gran ayuda para afinar la puntería. Por poner un ejemplo: si nos sale un problema a nivel de los organismos extracelulares (bacterias) y el paciente tiene sintomatología intestinal, habrá que buscar por ese lado. Si nos sale un problema a nivel de los organismos intracelulares, habrá que estudiar distintos virus.

Pruebas complementarias

Por todas estas cuestiones, el tipaje linfocitario debe obligadamente completarse con otras dos pruebas:
– El perfil proteico
– Las serologías víricas o bacterianas
El perfil proteico que se realiza junto al tipaje linfocitario también se presenta en forma de gráfico. De esta manera tendremos una imagen visual rápida de si el problema apunta a una causa inmunológica, inflamatoria o nutricional.
Las serologías son la búsqueda de anticuerpos a distintos virus o bacterias. ¿Cuáles pedir? Desde luego, hay algunos virus que siempre deben pesquisarse, como el virus de Epstein Barr, pero también depende de la enfermedad en cuestión y de la historia clínica.
Hay que aclarar especialmente que no todos los médicos utilizan, saben interpretar o valoran esta prueba, que no es un test diagnóstico de la medicina tradicional sino que se requiere un entrenamiento y una formación específica en esta materia.
El tipaje linfocitario sirve tanto para valoración inicial como de seguimiento en el caso de las enfermedades antes mencionadas, ya que permite valorar los progresos o estancamientos de un tratamiento dado.

Este post es meramente divulgativo,  de   carácter general y no particular. A través de este medio no se realizan tratamientos ni comentarios sobre casos particulares.

Al ser de carácter público no se alienta la publicación de datos personales ni la historia clínica individual.